Aún en la era del empoderamiento femenino, existen mandatos que ponen a una viajera solitaria en el lugar de “mina rara”. Algo similar a lo que ocurre cuando una mujer dice que no desea tener hijos. Valeria Schapira, escritora y creadora de Viajo Sola, desarma esa prejuiciosa mirada social.

«Señalar a otro habla más del prejuicio del que juzga que de la realidad del juzgado», dice Valeria Schapira.

Viajo sola desde siempre. Y también viajo acompañada. Cuando lo hago en compañía, no suelen aparecer preguntas ni opiniones extrañas, solo buenos deseos: «quetevayagenialalavueltanoscontás».

Cuando viajo sola, a veces me topo con opiniones filosas, prejuicios y, aunque huela a naftalina, alguna que otra mirada compasiva. Es que viajar solos no nos confronta únicamente con nuestra propia soledad existencial, sino que hace que el otro también se interpele y se ponga en contacto con su vulnerabilidad.

Viajar sin otra compañía que la propia implica, no solo derribar los propios prejuicios, sino hacer frente a los ajenos, que son muchos y muy variados.

Desde el lanzamiento de mi proyecto me he topado con distintas miradas, en su mayoría positivas y estimulantes. Mujeres que me agradecen el empujón para animarse a emprender su travesía interna y externa. Hombres que viajan de nuestra mano de otro modo, más sensiblemente, quizás. Preguntas, intercambios y el amoroso crecimiento de una comunidad que se nutre en base a las experiencias de los viajeros, a sus vivencias y a sus procesos.

Las personas que viajan en su propia compañía lo hacen por distintas razones: desde la libertad absoluta de disponer del propio tiempo y las decisiones, las ganas de vincularse con gente distinta a la habitual o, simplemente, por no encontrar compañeros adecuados. Señalar a otro habla más del prejuicio del que juzga que de la realidad del juzgado.

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Ya volví. Jet lageada pero feliz 😃. Llegue antes que la valija y, como se retraso el avión ✈️ de Lisboa a Madrid, casi pierdo la conexión a 🇦🇷. Más de doscientas personas me esperaban en el vuelo Madrid / Buenos Aires 😂 que finalmente pude abordar y ya estoy en casa 🏠 Balance: estoy feliz #viajosolaoficial va tomando cada vez más forma y es también gracias a vos. Estás son algunas cosas que aprendí – o recordé – en este viaje: 🧳Lo que le gusta a los demás no necesariamente tiene que gustarte. Es por eso que cada viaje elijo más según “mis tripas”. Y eso me posibilita mostrarme y mostrarte cosas diferentes. 🧳Lo que te dicen que “hay que ver” muchas veces es lo que los otros creen que hay que ver… Recorda que todo es según el cristal con que se mire 🧳En los viajes 🧭 se conoce a personas maravillosas y se puede aprender mucho de ellas 🧳 Cargar con poco es imperativo. Tengo que andar más liviana – literalmente- porque ya no me da la columna para andar arrastrando tanta cosa… Y mucho menos si hay que andar corriendo por los aeropuertos para no perder un vuelo🤣 🧳Menos es más. Tratar de ver muchos destinos y lugares en poco tiempo hace que te pierdas un montón de cosas. El próximo viaje será a menos lugares en mayor cantidad de tiempo 🧳La consigna es escapar a la marea humana. Es preferible viajar en temporada baja – siempre que se pueda – por tranquilidad y costos, entre otras cuestiones. 🧳En los viajes se aprende a confiar. A pedir ayuda. A darte cuenta que sos apenas un punto en el universo. Que tu cultura es solo “tu cultura” y que hay millones de formas de ver las cosas 🧳Que ser “diferente” en algo siempre es difícil – sea una condición física o una elección distinta a la “normal”… hay que andar atajándose a los prejuicios y a la intolerancias 🧳De cada viaje se traen experiencias, anécdotas y aprendizajes. Pero siempre se vuelve modificado. Soy distinta a la que se fue. Gracias 😊 Gracias 😊 Gracias 😊 Que te pasa cuando viajas?… Te leo 💕

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Pero el dedito señalador siempre está. Aún en la era del empoderamiento femenino, siguen existiendo patrones arcaicos, mandatos visibles y a veces no tan invisibles que ponen a una mujer que no está acompañada en el lugar de «imbancable» o «mina rara». Algo así como la mirada que había hace unos años –quizás sigue estando aún y no me entero– cuando una dice que no desea tener hijos, por ejemplo. No es lo que «corresponde» socialmente. Como no correspondería, salvando las distancias, estar en París en soledad. París –como lo ha impuesto el cine– «es para estar en pareja».

En una cena reciente, me vi juzgada por un conocido que, con vehemencia, sostenía que las personas que viajan solas lo hacen porque no tienen pareja y que, de tenerla –a la pareja, claro-, jamás lo harían. No hubo forma de hacerlo entrar en razones acerca de que hay otras formas de ver el mundo. Su argumentación unilateral ratificaba su convencimiento de que hay una sola forma de vivir.

La gente viaja como quiere. O como puede. Y vive como quiere. O como puede. Tengo amigos que forman felices parejas y, no obstante, separan tiempo del calendario familiar para travesías en soledad.

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Con esta sonrisa de alegría inaugure mi estadía en Donostia San Sebastián. Todavía me duelen los pies de no parar de caminar durante horas y horas🚶‍♀️ Es que la tarde del primer sábado del verano estaba gloriosa, las playas estallaban de turistas y locales y yo no paré de maravillarme y sacar fotos📸Me quedo apenas dos días en la ciudad pero te voy a mostrar de todo un poco. Sabías que la conocen como la Perla del Cantábrico? Es una ciudad con un porte señorial reflejo de los gustos de la realeza y la burguesía de antaño y el encanto de los nuevos tiempos combinados con el aroma a mar 🌊 y a las comidas típicas. Acá hay de todo para ver pero el recorrido comienza con un paneo por la encantadora bahía de la Concha 🐚 Te gustaría darte una vuelta por aquí?

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En la mayoría de los países de Europa nadie parece sorprenderse de ver a una persona sin otro degustando una copa de vino en la mesa de un restaurant. Aquí aún sí.

Además del juicio sobre la vida ajena, hay quienes ven a quien se atreve a emprender la travesía en soledad como osado o valiente. Hace falta una dosis de coraje adicional para tomar decisiones, explorar nuevos espacios, salir de la zona de confort y moverse en territorio desconocido.

Amigos: vivir y dejar vivir es la consigna. Viajo sola no porque no tenga con quien viajar sino porque elijo hacerlo de ese modo. Y viajo en compañía cuando elegimos viajar con otros. En cualquier momento armamos un grupo y veremos qué argumentan.

Por Valeria Schapira, escritora y creadora de @viajosolaoficial.

FUENTE: CLARIN